Madrid “perdonó” la noche de este viernes a Shakira su romance con el jugador Gerald Piqué, del FC Barcelona -rival eterno del Real Madrid- y optó, durante dos horas, por olvidar antagonismos futbolísticos y dejarse llevar al hipnótico ritmo de las caderas de la rubia colombiana.
Algo menos de media hora después de lo previsto, la artista de Barranquilla saltó al escenario del estadio Vicente Calderón, sede del club Atlético de Madrid, enfundada en una cazadora de cuero metalizada, leggings negros y un pañuelo escarlata, al grito de “¡Buenas noches Madrid!”.
Shakira brindó al respetable nada más salir uno de sus temas emblemáticos, “Te dejo Madrid”, y aunque su gira se titula “Sale el sol” en honor a su último trabajo, no cantó más de tres temas de su nuevo disco, sino que optó por ofrecer un concierto ceñido a la seguridad que da ir enhebrando un antiguo éxito detrás de otro.
“Estoy encantada de volver a Madrid, una ciudad que desde los inicios de mi carrera tanto cariño me ha dado. Esta noche, Madrid, soy toda tuya. ¡Te quiero, Madrid!”, ha exclamado la artista para, a continuación, cantar uno de sus clásicos, esa oda a la amante abandonada que es “Si te vas”.
A los acordes de “Suerte” Shakira ha abierto su recatado atuendo para mostrar su célebre serpenteante ombligo enfundado en un dorado corpiño metálico, y ha preguntado al público quién quiere subir con ella al escenario.
Cinco adolescentes se han encaramado al escenario y han disfrutado el privilegio de recibir una clase práctica del arte de mover sinuosamente las caderas de la mano de Shakira, que a continuación ha agarrado una guitarra para tocar otro de sus clásicos, “Inevitable”.
Al igual que hizo en anteriores conciertos, también en Madrid ha versionado Shakira la canción de Metallica “Nothing else matters”, aunque a su estilo, con bongos y enfundada en una falda roja de volantes con la que ha dado paso, descalza y mezclando palmas flamencas con su archifamoso contoneo de caderas, a “Gitana”.
La colombiana ha terminado de meterse en el bolsillo a los casi 40.000 madrileños que han ido a verla con éxitos como “La tortura” o “Loca, ciega, sordomuda”, y tras presentar a su banda internacional, por fin ha interpretado un tema de su último disco, “Sale el sol”, que además fue banda sonora de una conocida marca de cava las pasadas navidades.
Y de anuncio en anuncio, Shakira ha levantado a todo el estadio con “Las de la intuición”, una canción que también tuvo a toda España meneando rítmicamente la cabeza hace unos años gracias a la pegadiza publicidad de una marca de automóviles.
“Loca” y “Loba”, dos de sus éxitos más recientes, han seguido caldeando el ambiente, para continuar con “Ojos así”, un tema antiguo con el que desde hace años Shakira rinde tributo a sus raíces libanesas a la vez que hipnotiza a sus seguidores con sus ondeantes caderas.
La artillería pesada, al menos en lo que se refiere al vestuario, la ha dejado la colombiana para los bises, que no se han hecho esperar.
Un vestido azul eléctrico con vuelo ha sido el atuendo que Shakira ha elegido para saltar de nuevo al escenario, aunque inmediatamente lo ha cambiado por las gasas de un traje beige con el que ha cantado “Hips don't lie” (Las caderas no mienten), una de sus canciones más famosas y que originalmente cantaba con Alejandro Sanz.
Sea porque su novio es futbolista, porque actuaba en un estadio de fútbol o porque España ganó el Mundial de Sudáfrica, Shakira ha cerrado su concierto con el celebérrimo “Waka, Waka”, la canción oficial de la Copa del Mundo y que todo el mundo estaba esperando.
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